Miercoles 7 de Diciembre de 2011
Tema: Bibelot Artista: Francisco Lomuto
Y como
(otra vez) el viernes es feriado, debemos cumplir con nuestro público y dejarles
un temita para el fin de semana largo.
Y recordamos que hace mucho compartimos “Just a Gigolo” de David Lee Roth. ¿Y qué es exactamente un gigoló? Bueh, hay que ubicarse en la época. Hablamos de la década de 1920. Había terminado la I Guerra Mundial. Como todos sabemos, muchos quedaron empujando margaritas de abajo en Europa en esos años. Es más, la IWW fue la última guerra de importancia donde hubo más bajas militares que civiles.
Desde los albores de la historia militar, morir en una guerra era básicamente un riesgo de soldado. Por supuesto que no había garantía para nadie, pero en general había que estar cerca o en un campo de batalla para estar en peligro. De morir. Que te violen o te roben todo es otro precio. En la II Guerra todo eso cambió. Las poblaciones civiles se volvieron un objetivo militar y de allí en más es más seguro estar en un tanque que en un casamiento si tu país está en guerra o en algo parecido. Igual, todo casamiento es un riesgo pero eso es otro tema.
Por ejemplo! Se estima que hubo alrededor de 10 millones de bajas militares en la IWW. Y “solo” unos 5 millones de bajas civiles incluyendo los muertos por hambre y enfermedades, y excluyendo el genocidio Armenio. Un decir, Francia tuvo 1,3 millones de muertos militares y 300.000 civiles.
Sumemos: muchos muertos militares + pocas mujeres en las FFAA + alta tasa de mortalidad de oficiales = había muchas viudas que se quedaban con lo poco o mucho que tenía la familia. También había sobrevivientes de la guerra que si bien eran varones habían perdido familia, trabajo, y lo único que sabían hacer era parrandear y ser militares. Estos se encontraban que en 1920 todos los países estaban desarmando sus ejércitos. Ergo, había tipos jóvenes, cultos, que sabían bailar y comportarse en sociedad sin un mango.
La conjunción de los dos elementos (viudas o solas jóvenes con plata y varones jóvenes pobres con clase) generó la institución del gigoló. Palabra francesa, en un principio denotaba a jóvenes casi siempre ex militares que acompañaban a mujeres con dinero en salidas nocturnas. Su función no era eminentemente sexual, por supuesto que nunca se desprecia una alegría, pero era más importante que fuera elegante, bien hablado, que se lo pudiera presentar (si no había estado en algún tipo de fuerza armada en la guerra un hombre joven era un paria) y por sobre todo, que bailara bien. Otro día hablamos de la importancia del baile en la vida nocturna. Hoy en día gigoló se ha deformado a denotar un prostituto algo más elegante.
Tonce, la música. En 1928 aparece la versión austríaca de “Schöner Gigolo, armer Gigolo” que fue adaptada al inglés en 1929. En su origen, y así lo demuestra su melancólica melodía, contaba la historia de un húsar austríaco que luego de ser un oficial con el mundo a sus pies (en el Imperio Austrohúngaro la casta militar era privilegiada) ahora debe bailar con mujeres a cambio de dinero. La cantó Marlene Dietrich (en su última aparición fílmica), Louis Prima (lo recuerdan de otro viernes), Bing Crosby, Theolonious Monk, The Village People (¡), Lou Bega (fuchi), y muchos otros.
Para terminar, como en tantas otras cosas, si uno escarba un poco en cualquier lado que encuentra? Cucarachas, barro, hongos, bichitos de la humedad… y un argentino!
Y les dejamos hoy el tango “Bibelot”, de Francisco de Caro y Mario César Gomila. Por supuesto nos gustaría decir que los austríacos nos afanaron el tango, pero los años no nos dan. Si pudiéramos pensar las cosas en forma más kirchnerista lo haríamos, debe ser muy lindo poder explicar cosas ignorando la cruel realidad. Pero fuera del modelo heterodoxo de redistribución es jodido decir que un austríaco en 1928 se afanó un tango que salió en 1934. Diríamos que fue al revés, pero nos pueden acusar de neoliberales.
PD: “bibelot” es una palabra lunfardo para juguete, chiche, juego.
Buen fin de semana largo.
Peace, out
WEG
Y recordamos que hace mucho compartimos “Just a Gigolo” de David Lee Roth. ¿Y qué es exactamente un gigoló? Bueh, hay que ubicarse en la época. Hablamos de la década de 1920. Había terminado la I Guerra Mundial. Como todos sabemos, muchos quedaron empujando margaritas de abajo en Europa en esos años. Es más, la IWW fue la última guerra de importancia donde hubo más bajas militares que civiles.
Desde los albores de la historia militar, morir en una guerra era básicamente un riesgo de soldado. Por supuesto que no había garantía para nadie, pero en general había que estar cerca o en un campo de batalla para estar en peligro. De morir. Que te violen o te roben todo es otro precio. En la II Guerra todo eso cambió. Las poblaciones civiles se volvieron un objetivo militar y de allí en más es más seguro estar en un tanque que en un casamiento si tu país está en guerra o en algo parecido. Igual, todo casamiento es un riesgo pero eso es otro tema.
Por ejemplo! Se estima que hubo alrededor de 10 millones de bajas militares en la IWW. Y “solo” unos 5 millones de bajas civiles incluyendo los muertos por hambre y enfermedades, y excluyendo el genocidio Armenio. Un decir, Francia tuvo 1,3 millones de muertos militares y 300.000 civiles.
Sumemos: muchos muertos militares + pocas mujeres en las FFAA + alta tasa de mortalidad de oficiales = había muchas viudas que se quedaban con lo poco o mucho que tenía la familia. También había sobrevivientes de la guerra que si bien eran varones habían perdido familia, trabajo, y lo único que sabían hacer era parrandear y ser militares. Estos se encontraban que en 1920 todos los países estaban desarmando sus ejércitos. Ergo, había tipos jóvenes, cultos, que sabían bailar y comportarse en sociedad sin un mango.
La conjunción de los dos elementos (viudas o solas jóvenes con plata y varones jóvenes pobres con clase) generó la institución del gigoló. Palabra francesa, en un principio denotaba a jóvenes casi siempre ex militares que acompañaban a mujeres con dinero en salidas nocturnas. Su función no era eminentemente sexual, por supuesto que nunca se desprecia una alegría, pero era más importante que fuera elegante, bien hablado, que se lo pudiera presentar (si no había estado en algún tipo de fuerza armada en la guerra un hombre joven era un paria) y por sobre todo, que bailara bien. Otro día hablamos de la importancia del baile en la vida nocturna. Hoy en día gigoló se ha deformado a denotar un prostituto algo más elegante.
Tonce, la música. En 1928 aparece la versión austríaca de “Schöner Gigolo, armer Gigolo” que fue adaptada al inglés en 1929. En su origen, y así lo demuestra su melancólica melodía, contaba la historia de un húsar austríaco que luego de ser un oficial con el mundo a sus pies (en el Imperio Austrohúngaro la casta militar era privilegiada) ahora debe bailar con mujeres a cambio de dinero. La cantó Marlene Dietrich (en su última aparición fílmica), Louis Prima (lo recuerdan de otro viernes), Bing Crosby, Theolonious Monk, The Village People (¡), Lou Bega (fuchi), y muchos otros.
Para terminar, como en tantas otras cosas, si uno escarba un poco en cualquier lado que encuentra? Cucarachas, barro, hongos, bichitos de la humedad… y un argentino!
Y les dejamos hoy el tango “Bibelot”, de Francisco de Caro y Mario César Gomila. Por supuesto nos gustaría decir que los austríacos nos afanaron el tango, pero los años no nos dan. Si pudiéramos pensar las cosas en forma más kirchnerista lo haríamos, debe ser muy lindo poder explicar cosas ignorando la cruel realidad. Pero fuera del modelo heterodoxo de redistribución es jodido decir que un austríaco en 1928 se afanó un tango que salió en 1934. Diríamos que fue al revés, pero nos pueden acusar de neoliberales.
PD: “bibelot” es una palabra lunfardo para juguete, chiche, juego.
Buen fin de semana largo.
Peace, out
WEG