Jueves 26 de Noviembre de 2015
Tema: Estate violenta Artista: Fausto Papetti
Y estas semana han sido muy … intensas. Por eso, no vamos a hacer comentarios respecto a la realidad política de Argentina, ni “bardear” a nadie, ni ser exitistas. Es lo que corresponde. Estoy 12.903.301 veces convencido de ello, o sea un 51,40% convencido.
Hay un tema que es candente, crucial a la filosofía y al pensar humanista moderno. La gente insoportable en los ascensores. A nuestra lista de personajes nefastos de los aeropuertos, le podemos agregar esta fauna que pulula por esos modernos medios de transporte vertical en altura.
1. Las (son siempre mujeres) que se suben, marcan el piso, y se instalan cual guardia pretoriano al lado de la botonera. Aunque bajen en el piso 58. Aunque los 30 que entramos atrás tengamos que hacer malabares dignos de André Lavand (maestro) para marcar nuestro piso. No se van a mover a ver si alguien les borra el piso. O les afana el botón.
2. Los (son siempre varones) que vienen apurados, te piden que los esperes, se suben y empiezan a aporrear el botón de cerrar la puerta mientras bufan, resoplan, gimen y se tiran ceniza en la cabeza porque no cierra la puerta. Total, ellos ya subieron. Si viene uno atrás que también quería subir, que se joda. Que vaya por la escalera, yo estoy apurado. 100% argento.
3. L@s que suben al ascensor con comida de tipo chatarra, con un olor a carne (carne?) sancochada mezclada con olor a aceite recalentado, papel encerado sudoroso y mayonesa petroquímica. También cumplen la misma función l@s que suben con comida tipo pescado que lleva días de muerto, comida con ajo, y zapallitos rellenos (no me gustan los zapallitos rellenos)
4. Los que suben con helados con lo cual no solo hay que soportarlos chupetando cual elefantes en el río, sino que hay que estar ojo al piojo por las manchas de helado.
5. Los que suben con los auriculares puestos pero la música tan fuerte que se escucha el buchibum buchibum que están escuchando. Dado que estos personajes a esta altura presentan pérdida masiva de masa encefálica, el cráneo vacío funciona como caja de resonancia.
6. Los que se ponen en la puerta y la tienen abierta mientras jocosamente esperan que suban sus compañeros de oficina. Con los cuales han pasado todo el puerto día. De los cuales se va a despedir en la puerta. Pero esos segundos de compañía los definen como personas. Los que están adentro que esperen, ¿qué les pasa, están apurados? 100% argento.
Y pensar en esta runfla, nos llevó a pensar en la música de ascensores. La que se llamaba “el Muzak” por una empresa de corta vida que vendía servicios de música ambiental. Que por suerte no existe más. Pero llamar a una música “Muzak” la define como música plana, sin ningún tono ni variación. Y repetida.
Y eso nos llevó, que cosa, a pensar en la música para viajes. Esos casettes (buscar en google) con música para pasar los km. Cuyos antecesores fueron los magazines (buscar en los museos paleontológicos). Y eso nos recordó que hace poco, más exactamente el 6 de noviembre, Google recordó al creador del saxo. Adolphe Sax, belga él, que inventó este maravilloso instrumento. Uno de los pocos instrumentos donde se conoce exactamente su creador y la fecha de su creación.
Y música de viaje, más saxofón, más chicas con poca ropa (ese factor no estamos muy seguros de donde salió) nos llevan por supuesto a … Fausto Papettí!
Resulta que un día el director de la orquesta donde tocaba el joven Fausto estaba disconforme con el arreglo de un tema de película, estate violenta, y decidió hacer una versión solamente con batería, guitarra, bajo y… el saxo. La versión la grabaron sin que los 4 supieran que se estaba grabando. Salió tan buena que la publicaron. Esto pasó en 1959.
Cuando Papetti se retiró en 1990 había grabado 59 colecciones, 15 singles, y básicamente había interpretado toda la música pop y ligera de los 60s y 70s. Marcó una época, no solamente por las mencionadas chicas en las tapas de sus discos.
Hay un tema que es candente, crucial a la filosofía y al pensar humanista moderno. La gente insoportable en los ascensores. A nuestra lista de personajes nefastos de los aeropuertos, le podemos agregar esta fauna que pulula por esos modernos medios de transporte vertical en altura.
1. Las (son siempre mujeres) que se suben, marcan el piso, y se instalan cual guardia pretoriano al lado de la botonera. Aunque bajen en el piso 58. Aunque los 30 que entramos atrás tengamos que hacer malabares dignos de André Lavand (maestro) para marcar nuestro piso. No se van a mover a ver si alguien les borra el piso. O les afana el botón.
2. Los (son siempre varones) que vienen apurados, te piden que los esperes, se suben y empiezan a aporrear el botón de cerrar la puerta mientras bufan, resoplan, gimen y se tiran ceniza en la cabeza porque no cierra la puerta. Total, ellos ya subieron. Si viene uno atrás que también quería subir, que se joda. Que vaya por la escalera, yo estoy apurado. 100% argento.
3. L@s que suben al ascensor con comida de tipo chatarra, con un olor a carne (carne?) sancochada mezclada con olor a aceite recalentado, papel encerado sudoroso y mayonesa petroquímica. También cumplen la misma función l@s que suben con comida tipo pescado que lleva días de muerto, comida con ajo, y zapallitos rellenos (no me gustan los zapallitos rellenos)
4. Los que suben con helados con lo cual no solo hay que soportarlos chupetando cual elefantes en el río, sino que hay que estar ojo al piojo por las manchas de helado.
5. Los que suben con los auriculares puestos pero la música tan fuerte que se escucha el buchibum buchibum que están escuchando. Dado que estos personajes a esta altura presentan pérdida masiva de masa encefálica, el cráneo vacío funciona como caja de resonancia.
6. Los que se ponen en la puerta y la tienen abierta mientras jocosamente esperan que suban sus compañeros de oficina. Con los cuales han pasado todo el puerto día. De los cuales se va a despedir en la puerta. Pero esos segundos de compañía los definen como personas. Los que están adentro que esperen, ¿qué les pasa, están apurados? 100% argento.
Y pensar en esta runfla, nos llevó a pensar en la música de ascensores. La que se llamaba “el Muzak” por una empresa de corta vida que vendía servicios de música ambiental. Que por suerte no existe más. Pero llamar a una música “Muzak” la define como música plana, sin ningún tono ni variación. Y repetida.
Y eso nos llevó, que cosa, a pensar en la música para viajes. Esos casettes (buscar en google) con música para pasar los km. Cuyos antecesores fueron los magazines (buscar en los museos paleontológicos). Y eso nos recordó que hace poco, más exactamente el 6 de noviembre, Google recordó al creador del saxo. Adolphe Sax, belga él, que inventó este maravilloso instrumento. Uno de los pocos instrumentos donde se conoce exactamente su creador y la fecha de su creación.
Y música de viaje, más saxofón, más chicas con poca ropa (ese factor no estamos muy seguros de donde salió) nos llevan por supuesto a … Fausto Papettí!
Resulta que un día el director de la orquesta donde tocaba el joven Fausto estaba disconforme con el arreglo de un tema de película, estate violenta, y decidió hacer una versión solamente con batería, guitarra, bajo y… el saxo. La versión la grabaron sin que los 4 supieran que se estaba grabando. Salió tan buena que la publicaron. Esto pasó en 1959.
Cuando Papetti se retiró en 1990 había grabado 59 colecciones, 15 singles, y básicamente había interpretado toda la música pop y ligera de los 60s y 70s. Marcó una época, no solamente por las mencionadas chicas en las tapas de sus discos.
Es titánica tarea, de la cual uno no es digno, de elegir un tema entre los más de 1400 temas que se le conocen a Papetti. Por eso vamos a lo fácil y compartimos con Uds. el mencionado Estate violenta (verano violento), tema de una película de 1959 con Eleonora Rossi Drago y Jean-Louis Trintignant que, seguramente, ha pasado con pena y sin la gloria del tema de Papettí. Notar que, en serio, es una guitarra, el bajo y un algo de percusión. El resto lo hace Papetti, con el saxo. Esperamos que les guste.
Peace. Cambiamos. Out.
WEG
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