Viernes 10 de Abril de 2015
Tema: Concierto para piano y orquesta n.º 1 en si bemol menor, opus 23
Artista: Piotr Ylyich Tchaikovsky
Y este viernes se complicó. Es cierto lo que dicen, mientras el cuerpo acompañe todo se puede. El autor está golpeado por una gripe, resfrío, tos. The works.
Si a eso le agregamos problemas técnicos con el tema que estaba planeado para hoy, tamo en el horno. Pero apelamos a los temas que tenemos en gatera, y tratamos de cumplir lo mejor posible con nuestros fieles seguidores.
Pyotr Ilyich Tchaikovsky ( 1840 – 1893) tuvo una vida complicada. Problemas con su madre, desengaños amorosos, homosexualidad que tuvo que reprimir, problemas de depresión. Es increíble pensar que un hombre en solo 53 años pudo hacer lo que hizo.
Y esto me lleva a mi teoría del sufrimiento del artista. Hoy vemos permanentemente artistas que reclaman subsidios, apoyo, casa gratis, cortan calles para que les den apoyo, en fin una larga lista de regalos que les tiene que dar la sociedad porque son “artistas”. Algo no cierra en este razonamiento. Porque el darle dinero a un artista no reconocido suele terminar en que el susodicho se transforme en lo que yo llamo un “proyecto profesional”. No es un proyecto de profesionales. Es una persona que hace de ser un proyecto una profesión. Durante años su arte muta entre hacer pinturas tirando excrementos de perro contra un lienzo a componer obras que “rechazan los lineamientos clásicos”, léase tener una melodía, un ritmo o siquiera una armonía. Hermano/a, sufrí primero y disfrutá de la fama después. Al vesre no funciona.
El asunto es que don Pyotr compuso un arco de temas que van desde valses, obras livianas y de cámara hasta sinfonías y óperas y, por supuesto, ballets. Se dice que de El Cascanueces se puede encontrar un tramo para cada necesidad. La obra tiene tanta variedad, tanta riqueza. Además, Ud. puede tararear casi cualquier momento del ballet y la gente lo reconocerá, aunque tal vez ni sepa de qué obra es.
En fin, entre estornudos y pañuelitos usados, les dejamos la que el autor considera la obra cumbre del ruso Pyotr, el Concierto para piano y orquesta n.º 1 en si bemol menor, opus 23. Esto es solamente la introducción para que les den ganas de escuchar el concierto completo. En versión de la Sinfónica de la Radio Nacional Polaca con Antoni Wit.
Peace. Cough. Out.
WEG
Si a eso le agregamos problemas técnicos con el tema que estaba planeado para hoy, tamo en el horno. Pero apelamos a los temas que tenemos en gatera, y tratamos de cumplir lo mejor posible con nuestros fieles seguidores.
Pyotr Ilyich Tchaikovsky ( 1840 – 1893) tuvo una vida complicada. Problemas con su madre, desengaños amorosos, homosexualidad que tuvo que reprimir, problemas de depresión. Es increíble pensar que un hombre en solo 53 años pudo hacer lo que hizo.
Y esto me lleva a mi teoría del sufrimiento del artista. Hoy vemos permanentemente artistas que reclaman subsidios, apoyo, casa gratis, cortan calles para que les den apoyo, en fin una larga lista de regalos que les tiene que dar la sociedad porque son “artistas”. Algo no cierra en este razonamiento. Porque el darle dinero a un artista no reconocido suele terminar en que el susodicho se transforme en lo que yo llamo un “proyecto profesional”. No es un proyecto de profesionales. Es una persona que hace de ser un proyecto una profesión. Durante años su arte muta entre hacer pinturas tirando excrementos de perro contra un lienzo a componer obras que “rechazan los lineamientos clásicos”, léase tener una melodía, un ritmo o siquiera una armonía. Hermano/a, sufrí primero y disfrutá de la fama después. Al vesre no funciona.
El asunto es que don Pyotr compuso un arco de temas que van desde valses, obras livianas y de cámara hasta sinfonías y óperas y, por supuesto, ballets. Se dice que de El Cascanueces se puede encontrar un tramo para cada necesidad. La obra tiene tanta variedad, tanta riqueza. Además, Ud. puede tararear casi cualquier momento del ballet y la gente lo reconocerá, aunque tal vez ni sepa de qué obra es.
En fin, entre estornudos y pañuelitos usados, les dejamos la que el autor considera la obra cumbre del ruso Pyotr, el Concierto para piano y orquesta n.º 1 en si bemol menor, opus 23. Esto es solamente la introducción para que les den ganas de escuchar el concierto completo. En versión de la Sinfónica de la Radio Nacional Polaca con Antoni Wit.
Peace. Cough. Out.
WEG