Viernes 18 de Octubre de 2013
Tema: Un dólar marcado Artista: Gianni Ferrio
Y la semana pasada nos dedicamos un tipo de películas, y no tuvimos tiempo de mencionar la ida de un grande. El 1° de octubre se dio una piña cerca de Roma Guliano Gemma y se fue por última vez para el horizonte.
Uno de los recordados protagonistas de los “spaghetti western”, esa estirpe de películas que llenaban los programas de cine de la TV de los sábados a la tarde. Clint Eastwood, Franco Nero, Terence Hill. Todos recorrían las campiñas italianas haciéndonos creer que era el lejano Oeste americano.
Recordamos así “La marca de la horca”, “Dios perdona, yo no”, “Dios los cría y Ringo los mata”, “Por un puñado de dólares” y tantas otras películas llenas de sana violencia. Y al final el bueno se iba hacia el sol poniente.
Inconfundibles señales de que uno está mirando un spaghetti western:
En fin, el spaghetti western era primo directo de las películas de “espada y sandalia”, que tenían muchas veces argumentos muy similares, pero en algo que se suponía era la antigua Roma o Grecia. Con títulos como “Maciste contra las amazonas”, “Ursus y la princesa tártara” y “´Hércules contra Sansón” merecen su recuerdo aparte.
El doblaje en la Argentina era realizado por gallegos con un fuerte acento característico. Así Maciste era “Maziste”, un sheriff era un “cherife” y Hércules era “Hérculez”. Sin embargo, lo veíamos como totalmente normal. Es más, con otro doblaje parecía que no eran romanos.
Y volviendo a don Guliano, se hacía llamar Montgomery Wood para que le diera más el perfil para hacer de cowboy. Hoy recordamos su “Un dólar marcado” con la música de Gianni Ferrio. Si, ya sé, no se puede hablar de westerns sin hablar de Enio Morricone. Pero por hoy, recordamos a la película más famosa de Gemma.
Nota al pie: “El bueno, el malo y el feo” es de las mejores películas de la historia. Pero llega a ser clasificada de western, no spaghetti western.
Peace, Ringo. Out.
WEG
Uno de los recordados protagonistas de los “spaghetti western”, esa estirpe de películas que llenaban los programas de cine de la TV de los sábados a la tarde. Clint Eastwood, Franco Nero, Terence Hill. Todos recorrían las campiñas italianas haciéndonos creer que era el lejano Oeste americano.
Recordamos así “La marca de la horca”, “Dios perdona, yo no”, “Dios los cría y Ringo los mata”, “Por un puñado de dólares” y tantas otras películas llenas de sana violencia. Y al final el bueno se iba hacia el sol poniente.
Inconfundibles señales de que uno está mirando un spaghetti western:
- Todos los caballos son árabes, reconocibles por su cola levantada y cabeza pequeña. Casi no había de esos en USA en ese entonces, pero había muchos en Italia.
- Las balas hacen ruido aunque peguen en la tierra o en la arena. Y en madera ya es tipo explosión.
- Los tipos tienen sed, entran deshidratados del desierto y piden whisky.
- A nadie le gustan los extranjeros.
- Los mexicanos son todos sucios. Vienen en dos tipos, el maloso y el amable bobalicón. Pero son todos aún más roñosos que los cowboys lo cual era mucho decir.
- Las hijas de los hacendados españoles (¿) SIEMPRE están buenísimas.
- Los malos siempre se visten de negro, lo cual en medio del desierto les aseguraría una muerte por insolación en 45 minutos.
- Siempre hay prostitutas, y siempre son buenas. Al protagonista no le cobran.
- Todos los varones sudan mucho, y se miran mucho mientras suena la música.
- Los pueblos están en medio de la nada. No hay pasto, ni agua, ni un río, ni petróleo (ni se conocía) pero ahí está el pueblo con barbero, cárcel y todo. Siempre mucha gente caminando por las calles. Si el pueblo tenía 5 cuadras de largo, ¿adónde iba tanta gente?
- Los indios son malos. A menos que estén del lado de los blancos. Habitualmente los que hacen de indios son filipinos.
En fin, el spaghetti western era primo directo de las películas de “espada y sandalia”, que tenían muchas veces argumentos muy similares, pero en algo que se suponía era la antigua Roma o Grecia. Con títulos como “Maciste contra las amazonas”, “Ursus y la princesa tártara” y “´Hércules contra Sansón” merecen su recuerdo aparte.
El doblaje en la Argentina era realizado por gallegos con un fuerte acento característico. Así Maciste era “Maziste”, un sheriff era un “cherife” y Hércules era “Hérculez”. Sin embargo, lo veíamos como totalmente normal. Es más, con otro doblaje parecía que no eran romanos.
Y volviendo a don Guliano, se hacía llamar Montgomery Wood para que le diera más el perfil para hacer de cowboy. Hoy recordamos su “Un dólar marcado” con la música de Gianni Ferrio. Si, ya sé, no se puede hablar de westerns sin hablar de Enio Morricone. Pero por hoy, recordamos a la película más famosa de Gemma.
Nota al pie: “El bueno, el malo y el feo” es de las mejores películas de la historia. Pero llega a ser clasificada de western, no spaghetti western.
Peace, Ringo. Out.
WEG